El presente estudio tiene la intención de brindarle un espacio al maestro para que se pronuncie sobre temas que conoce y, sobre todo, que sabe por su experiencia vivencial. A su vez, ha nacido de la convicción de que ya es tiempo de que el investigador vea en el saber docente (o del docente) una fuente viva, válida y llena de matices para profundizar en el conocimiento de la cotidianeidad de la escuela. Es preciso, de antemano, advertir una insuficiencia: la toma de la palabra por el maestro no puede venir de que alguien (llámese investigador, directivo, capacitador) le diga que hable; la verdadera voz del maestro será dicha cuando él se pronuncie , cuando se entienda como el hacedor de la educación y protagonista del conocimiento pedagógico. Aquí el maestro y los demás miembros de la “comunidad educativa” fueron invitados al pronunciamiento sobre la escuela.