La situación colombiana condujo a nuestro constitucionalismo a que llegara al Estado social a partir de 1991, cuando las doctrinas del Consenso de Washington, formuladas desde 1989 imponían su desmonte, en desarrollo de las cuales terminamos envueltos en una incoherencia de proporciones catastróficas para los ciudadanos a los que el Estado social destinaba toda su protección: a los de menos oportunidades para sobrevivir.