Quiero en la presente intervención abordar de manera breve cuatro aspectos: En primer lugar, una ilustración sobre nuestras raíces e identidad cultural. En segundo lugar, una reflexión sobre implicación de la identidad y el compromiso personal e institucional en el desarrollo educativo y cultural. En tercer lugar, algunos aspectos generales sobre la ley de cultura y en cuarto lugar, plantear unos requerimientos y compromisos institucionales mínimos para lograr la operatividad de la ley.