Ad portas del fin del conflicto entre el Estado colombiano y las FARC, este trabajo presenta los rostros de combatientes que pronto serán desmovilizados. La idea es retar los estereotipos reinantes sobre los insurgentes que sólo pueden representarlos como monstruos desprovistos de toda humanidad para, en cambio, mostrar que son gente común y corriente. Las fotografías tendrán que hablar por sí solas.