En el presente artículo se problematiza el discurso de protección de los conocimientos “tradicionales”, en particular los asociados a la biodiversidad en Colombia. Dicha problematización se lleva a cabo desde una analítica decolonial. El propósito es mostrar que detrás del reconocimiento de dichos conocimientos bajo el binarismo "científico/tradicional”, se encubren relaciones de saber/poder que se ejercen desde el conocimiento “científico” hacia el conocimiento “tradicional”. Dicho encubrimiento es legitimado mediante acuerdos internacionales como el Convenio Sobre la Diversidad Biológica el cual tiene implicaciones jurídicas y prácticas en el país. Este proceso de legitimación es una forma de violencia epistémica.