Uno de los principales desafíos en el desarrollo de un proceso de inyección continua de vapor es el control del frente de inyección.Dicho perfil es afectado principalmente por la canalización del vapor por zonas de alta permeabilidad, y el efecto gravitacional de override causado por la diferencia de densidades con los fluidos del yacimiento, los cuales impiden el contacto del vapor con volúmenes considerables de hidrocarburos disminuyendo de esta forma la eficiencia de barrido vertical.Estos fenómenos son favorecidos por algunas características de la formación como los grandes espesores y las heterogeneidades del yacimiento, y de no ser controlados y/o monitoreados correctamente, pueden afectar la viabilidad técnica y económica del proceso.Varias metodologías se han diseñado para hacer frente a esto problemas, entre ellas tenemos la inyección de surfactantes para la formación de espumas in situ, la cual busca reducir la movilidad del vapor; el uso de geles térmicos, para el taponamiento de canales de alta permeabilidad; la inyección de solventes, usado para mejorar la movilidad del aceite; y la inyección de agua alternada con vapor (WASP), para el barrido de la zona tanto superior como inferior de la formación.Este artículo recopila aspectos relevantes de cada una de las técnicas mencionadas, a partir de los cuales es presentada una comparación tomando como criterios la cantidad de aplicaciones, producción incremental