La violencia de género es un fenómeno sociohistórico y cultural actual, que afecta a millones de personas en todo el mundo y cuyas repercusiones nocivas van desde el ámbito personal y familiar hasta el social, con consecuencias de deterioro de las relaciones interpersonales que pueden llegar a tipificar delitos múltiples. La mediación se presenta como una herramienta idónea a utilizar en un momento anterior a la intervención judicial, para resolver conflictos derivados de la violencia de género que se manifiesten en el ámbito social, laboral, familiar y cuyas consecuencias pueden trascender al ámbito del Derecho Penal, por tanto, son objeto de estudio de la criminología en su afán de prevenirlos.