La garantia de los derechos es condicion necesaria para la legitimidad del Estado; su mision no se agota en la complicada red de bienes y servicios a cargo, debe a su vez crear las condiciones basicas de vida que los asociados demandan a traves del establecimiento permanente de alternativas de solucion a las problematicas consideradas como prioritarias por el medio social. Este objetivo se obtiene a traves de la formacion de politicas publicas que determinan unas reglas de juego y conducen al despliegue de acciones reguladas para contener, en cierto modo, la anormalidad y lograr una transformacion que garantice el retorno a la situacion anterior. (Roth, 2013, pp. 19-21) Empero, la autonomia estatal, expresion de la teoria politica moderna y en quien reposa de manera preferente ese ambito de decision, se muestra bastante limitada. Desde diferentes angulos, la era de la globalizacion ha representado un sometimiento del modelo de soberania como valor absoluto y supremo que conocimos en los escritos de Jean Bodin y que ahora se advierte porosa, y en cierta medida, “contaminada”.