Desde un punto de vista sociológico, tanto la educación especial como la formación de docentes para ésta se realizan dentro de una relación más amplia: población “atípica” sociedad “normal”. Esta relación constituye una verdadera alteridad, ya que la identidad de cada miembro se define por su oposición con el otro: los “normales” se auto identifican como tales en la medida que son distintos de los “atípicos” y viceversa.