El artículo propone analizar qué clase de ética debe generar y, al mismo tiempo, practicar el docente, en una sociedad que reproduce valores condicionados a unas formas de convivencia social que exige el statu quo vigente. A partir de la exploración de los términos ética y estética se plantea la necesidad que el docente asuma una posición crítica frente a la labor que realiza, la cual permita sensibilizar al estudiante para participar en la construcción de una conciencia crítica que ayude en la transformación de las actuales prácticas sociales.