Bitcoin, la moneda virtual creada para servir como activo de intercambio de valor al margen de cualquier autoridad central, se encuentra en estos momentos en su máximo valor histórico. Con una revalorización a lo largo de 2016 excepcional, una unidad de esta moneda se cotiza actualmente por encima de la barrera psicológica de los 1.000 Dólares. Además de lo extraordinario de su crecimiento, la tecnología sobre la que está construida esta cripto-divisa, BlockChain, también ofrece unas funcionalidades excepcionales, nunca conseguidas antes, que certifican su carácter rupturista. En particular, sus prestaciones de registro robusto de información, seguro, verificable, distribuido e inalterable, llaman sobremanera la atención de expertos y firmas de talla mundial. Más allá de su aplicación al sector económico-financiero que la vio nacer, entidades de primer nivel mundial apuestan por su aplicación a toda una diversidad de sectores, entre los cuales presenta unas expectativas especialmente ilusionantes el sector industrial; sector que además se encuentra en estos momentos viviendo una auténtica cuarta revolución industrial, en la que todo está por hacerse. Todo apunta a que un fenómeno tecnológico de primer nivel ha llegado para quedarse. ¿Cuál será su impacto real? Palabras Clave: registro descentralizado, registro de transacciones, cripto-divisa, notario electrónico