El conflicto como expresión de las relaciones sociales ha sido abordado por diversos autores, toda vez que se trata de un fenómeno inherente a la vida de los seres humanos. Sin embargo, no es suficiente hacer un estudio de conceptualización, pues las relaciones entre individuos están en constante evolución y se encuentran influenciadas por diferentes contextos económicos, culturales y tecnológicos, entre otros. El proceso de globalización vivido desde finales del siglo XX ha traído consigo nuevas fuentes de conflicto, determinadas por aspectos como la multiculturalidad y la internacionalización de la política, los negocios y la información y además ha generado el surgimiento de procesos de integración económica que evidencian la existencia de relaciones hegemónicas entre actores, con una dicotomía entre conflicto y cooperación.