Este articulo pretende develar la relacion que se establece entre la vida y la muerte, metaforas de la memoria y el olvido en la vida cotidiana, propiamente en la que representa la construccion del territorio –como espacio fisico, y la territorialidad, espacio de representacion cultural-, de la ciudad de Medellin, particularmente en la comuna Uno, denominada Santo Domingo. Alli la carga semantica de los espacios se hace presente en la memoria herida y memorias silenciadas, pero tambien en la memoria exaltada, como se ira develando a lo largo de este escrito. Esta es una situacion que se extiende a otros lugares de la geografia nacional y nos llena de dolor patrio, puesto que implica la negacion del otro como conciudadano, como hermano nuestro; olvidamos que somos tan responsables de nosotros como de los otros, segun Levinas: El ‘otro’ no esta nunca solo frente al yo –de cara al yo- sino que debe responder por el ‘tercero’ que esta al lado.