llegar al siglo XXI el concepto de escuela y de quehacer pedagógico ha cambiado notablemente,se han introducido principios básicos para la formación humana que de una u otra forma actualizanla escuela y la ponen acorde con las tecnologías y avances propios de éste siglo.Dentro de los principios que han enmarcado éstos cambios se encuentra el afecto como la primeramatriz de formación humana iniciando por el afecto materno que se complementa más tarde por lacomprensión afectuosa del maestro. La afectividad consciente o inconsciente, al igual que lamotivación, el interés, la empatía y los estímulos positivos son principios pedagógicos que articulanla cabeza con el corazón, la razón con el sentimiento, lo cognitivo con lo afectivo.Pero éstas dicotomías perderían su vigencia sino se concretan en el quehacer diario del docente enel aula de clase. Hoy por hoy ellas deben complementarse con un tercer elemento como lo es latecnología y cada una de sus expresiones, buscando que la una no excluya a la otra y que juntastrabajen en pro de la formación de los estudiantes.Otro principio que recobra protagonismo en el proceso educativo es un buen maestro, losestudiantes en el siglo XX miraban al maestro como un referente de comparación analizándolo comoun ser de desarrollo superior, ya que consideraban que él era quien tenía el conocimiento y tenía ensus labios todas las respuestas.En contra posición a esto el maestro de hoy no es el que sabe las respuestas sino el que es capazde proponer nuevas preguntas y desafíos para compartir con los alumnos y construir juntos elconocimiento.El maestro de hoy debe jugar con los adelantos tecnológicos para que éstos se conviertan en unaliado más que en un enemigo.