<p>El hombre en su afán por perdurar en el tiempo, ha inventado técnicas y herramientas que le permiten expresarse, y transmitir no solo lo que es importante para sí mismo, sino lo que forma una serie de representaciones simbólicas para su cultura. Aquello que precisamente le permite plasmar lo vivido y continuar en el tiempo. Algunos de estos hechos humanos fueron los que permitieron a los Muiscas, primeros pobladores de la región Cundi – Boyacense, representar lo trascendente, lo que para ellos se constituyó como fundamental de un hecho cultural: la caza, el uso de instrumentos y herramientas, que fueron perfeccionando para mejorar su convivencia, el dominio de algunos animales y la personificación de los mismos, los rituales de adoración, el culto a los dioses, y muchas otras situaciones de vida, circunstancias propias de ese momento. Pues si bien es cierto, eran hombres que no dejan de asombrar, las técnicas que emplearon, el uso de las herramientas que fueron perfeccionando y sobre todo la capacidad de síntesis que tuvieron para la elaboración de la simbología necesaria para establecer un puente de comunicación entre sus pensamientos y los que querían expresar. Ese ingenio humano los llevó a perpetuarse hasta nuestros tiempos a través de lo que quisieron proclamar en el arte rupestre. Los Muiscas materializaron un propósito mágico y de comunicación con las fuerzas sobrenaturales; haciendo uso de su capacidad de asombro e ingenio humano al expresar sobre las piedras aquello, que sin duda alguna, para ellos era importante de mostrar, conservar y comunicar. No obstante, ha sido una labor que algunos ingenieros han logrado a lo largo de la historia: aportar al conocimiento humano con ingenio, creatividad y sobre todo con una profunda y rigurosa formación en las artes, la cultura y la literatura, entre otros campos del saber humanístico. De esta formación ya queda muy poco, pues actualmente el ingenio y saber cultural están en peligro de desaparecer y el arte rupestre es una de las principales víctimas de ello, siendo responsabilidad de quienes heredan este patrimonio, recuperarlo, estudiarlo, admirarlo y preservarlo, pero sobre todo conocerlo y es lo que se pretende con este primer artículo: fundamentar el respeto por la propia condición, por el patrimonio cultural y por las herencias que perduran la conservación de una sociedad.</p>