<p>Se presenta una reflexión sobre dos de las denominadas habilidades lingüísticas o competencias del área de humanidades, contempladas en los Estándares de lengua castellana: la producción textual y la comprensión e interpretación textual. Lo planteado gira en torno a lo que se considera un desfase entre los subprocesos que los estudiantes deben y necesitan ejecutar para su cualificación, concretamente a la omisión de la capacidad comprensiva e interpretativa auditiva frente a la comprensión e interpretación lectora, a pesar de la complementariedad entre ellas, por cuanto son componentes inevitables e inseparables en razón a que se sea productor o receptor. Se habla para que se escuche, y se escribe para que se lea. Se destaca además la importancia de la comprensión auditiva en el sistema jurídico colombiano y de otros países que han adoptado como procedimiento básico la oralidad, es decir, el habla y la escucha. Culmina con una invitación a los docentes a que le brinden la importancia que posee el saber escuchar, como proceso básico de interacción social y cognitivo.</p>