Hace más de medio siglo el historiador francés Emmanuel Le Roy Ladurie empezó a llamar la atención de los historiadores agrarios hacia los fenómenos meteorológicos.[1] Su propio giro hacia la historia del clima fue motivado por la aparición recurrente en las fuentes de alusiones a buenas y malas cosechas, hambrunas, veranos lluviosos e inviernos fríos. Su interés, y el de muchos otros historiadores que han compartido su inquietud,[2] se explica por la relación estrecha que las sociedades preindustriales tenían con el clima y la imposibilidad para sortear sus fluctuaciones con el transporte de alimentos a grandes distancias, los sistemas de refrigeración y calefacción, la construcción de grandes embalses, o la manipulación genética de alimentos; herramientas que hoy en día hacen que los habitantes urbanos subestimemos lo crítico que resulta producir alimentos cuando las precipitaciones o las temperaturas se alejan de las expectativas.
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Historical Studies and Socio-cultural Analysis
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FuenteAnuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura