El presente ensayo hace un somero recorrido por el prolongado como fracasado proceso de integración latinoamericana. En ese propósito, comienza por plantear el plausible objetivo del constituyente de 1991 y cotejarlo con lo ocurrido en el viejo continente del cual debemos extraer lecciones que no hemos sabido aplicar coherentemente. El trabajo termina concluyendo, que el país desde la Constitución reivindica un liderazgo que no ha ejercido porque junto a la modificación de política exterior hay unos cambios drásticos que no ha desarrollado.