<p><span>Desde los inicios de la bioética, se presenta y agudiza el conflicto entre biomedicina científica basada en evidencia, y la bioética preocupada de valores personales y participativos que la medicina terapéutica y la investigación biomédica han de respetar en la participación autónoma de pacientes y probandos. El proceso de consentimiento informado debiera desplegar la narrativa de los valores existenciales de cada persona y el contexto social en que vive. La bioética narrativa y las humanidades médicas son convocadas para sensibilizar a los profesionales de la salud en esas tareas. Su influencia por elevar los elementos narrativos en la comunicación biomédica ha sido insuficiente y decreciente, no logrado evitar un academicismo extremo y una irrelevancia social de la disciplina bioética que está en riesgo de ser marginada, desoída y precipitada en una crisis de validación.</span></p><p><span>Sugiere este artículo atender a fuentes no académicas que se muestran plenamente competentes y atractivas para encarar los problemas que la bioética no ha sabido resolver, destacando la publicación de novelas ficcionales que abordan relatos de temas bioéticos en forma amena y sistemática, que impactan más allá de las deliberaciones anémicas de la bioética:<span class="apple-converted-space"> </span><em> The Children Act</em>, (I. McKewan, 2014) y<span class="apple-converted-space"> </span><em>Reparar a los vivos</em><span class="apple-converted-space"> </span>(M. de Kerangal, M., 2015), son presentadas como propuesta para inaugurar la narrativa bioética, que es el relato ficcional de temas bioéticos.</span></p>