Este texto intenta presentar una lectura multidimensional para el estudio de las violencias contemporáneas, centrando la atención en lo que estas producen en el contexto de la crisis civilizatoria: abyecciones como centro articulador de la existencia. La crítica de la violencia se piensa en el marco de su historicidad, partiendo de la caracterización del tiempo colectivo y de las necesidades de la reproducción de la cultura material capitalista. El texto concluye con la apuesta por la vida colectiva como lugar de desobediencia ante la violencia del capital.