En este artículo se presentan y analizan algunos elementos que directa o indirectamente configuran la imagen de la profesión de profesor y que limitan o delimitan su quehacer. Se formulan algunas preguntas abiertas que aproximan al panorama general y ayudan a vislumbrar la situación de los espejismos que ocultan posicionamientos políticos y económicos, dejando de lado el reconocimiento del saber pedagógico y con él la degradación de la identidad y autonomía profesional del profesor.