La palabra postmoderno acude al prefijo post para significar algo que esta despues; en este caso, “despues” de la modernidad. Lyotard (1996) amplia y populariza el termino postmodernidad al referirse a la incredulidad con respecto a los metarrelatos de la humanidad, que para el pensador frances, parten –para la historia de Occidente– de cuatro grandes relatos: el relato del cristianismo, el relato marxista, el relato capitalista y el relato iluminista. Los derechos humanos con pretension de validez universal, son considerados por el pensamiento postmoderno como el nuevo mito legitimatorio de Occidente. Se los considera peyorativamente como meros derechos liberales, ya que se corresponden con una mentalidad individualista y una concepcion atomista de la sociedad caracteristica del liberalismo occidental. El pensamiento postmoderno pone en duda el universal juridico de la igualdad formal de los derechos y critica no solo el derecho contemporaneo, sino tambien el mismo Estado de derecho como instrumento de poder politico y economico. Sin embargo, tras los atentados del 11-s y el 11-m como acontecimientos universales, se da comienzo a la denominada guerra contra el terrorismo y con ello el fin de la filosofia postmoderna. En todo caso, se hace necesario y urgente la reduccion o (si es posible) la eliminacion de esta polaridad y para este proposito los planteamientos conceptuales y empiricos del constitucionalismo –en plano del derecho interno de los Estados y en el plano internacional una alianza de civilizaciones– se constituyen en luces de esperanza para avanzar hacia una universalidad posible y necesaria, en la que el derecho y sobre todo los derechos humanos, desempenen un papel decisivo en la proteccion de la persona humana, con independencia del contexto cultural en el que esta se encuentre.