¿Es posible cambiar un mapa? ¿Son acaso los mapas entidades metafísicas inmodificables, cuya existencia basta para regular y controlar nuestra movilidad en el espacio y en el tiempo, nuestro conocimiento del territorio y su cultura? ¿Qué pasaría si cambiáramos el mapa de la historia intelectual en América Latina, es decir, si decidiéramos trazar sus contornos no a partir de los nombres masculinos conocidos (Bolívar, Sarmiento, González Prada, Mariátegui, Henríquez Ureña, Reyes, Borges, Gutiérrez Girardot, Rama, García Márquez, Altamirano, Ospina, Volpi, etc.) ni a partir de los parámetros colonizadores (un idioma europeo, una religión occidental, una forma de gobierno impuesta), sino desde los nombres desconocidos, invisibilizados y excluidos: las mujeres, las mujeres afro, por ejemplo? ¿No tendríamos otra geopolítica, otra historia intelectual, otras preocupaciones estéticas y un panorama cultural más amplio? Tal es el propósito de Jaramillo y Ortiz, las editoras de esta compilación de treinta y cuatro estudios sobre mujeres afrodescendientes en América Latina.