El presente artículo analiza la emergencia del biocapitalismo a partir de un examen sobre la bioseguridad. Para ello, muestra cómo la bioseguridad es una actividad en la cual la producción de escenarios ficcionales es el principal mecanismo de inteligibilidad, y describe cómo operan los escenarios al transformar lo vivo en un flujo desterritorializado, global y móvil. En este sentido, constata que la bioseguridad genera una suspensión de la norma científica, con lo cual se reconfiguran las relaciones establecidas entre tecnociencia y paradigma político-jurídico.