<div>La corteza prefrontal humana (CPF), en especial el &aacute;rea 10, poseen tal vez una de las citoarquitecturas y conectividad m&aacute;s interesantes del enc&eacute;falo, las funciones adjudicadas por estudios de lesiones en humanos, ablaciones en animales (primates superiores) y estudios de neuroimagen, han permitido identificar su valiosa contribuci&oacute;n al comportamiento humano, sin desmeritar la importancia de su aporte en la evoluci&oacute;n del hombre como especie dominante de este planeta. Durante las &uacute;ltimas d&eacute;cadas diferentes grupos de investigaci&oacute;n han volcado su inter&eacute;s en estas &aacute;reas, como consecuencia de su participaci&oacute;n en &nbsp;m&uacute;ltiples patolog&iacute;as psiqui&aacute;tricas (autismo, esquizofrenia, depresi&oacute;n, trastorno bipolar etc.), pero tambi&eacute;n por su participaci&oacute;n en la concepci&oacute;n de ser humano como persona e individuo que se relaciona y convive en sociedad. Esta zona cortical y en especial el &aacute;rea 10, se ve involucrada en m&uacute;ltiples funciones eminentemente humanas, entre ellas establecimiento de juicios, conceptos de</div><div>moralidad y &eacute;tica, ponerse en el lugar de los dem&aacute;s, planeaci&oacute;n de metas a corto, mediano y largo plazo, habilidad de so&ntilde;ar despiertos y posicionamiento de la atenci&oacute;n, varias de ellas vinculadas a la conciencia del hombre.</div>