<p>Una de las formas más apropiadas para amar la Biblia es la práctica de la <em>Lectio Divina</em>. Esta lectura orante de la Biblia tiene la impronta de los Padres de la Iglesia y ha sido cultivada a través de los siglos en el corazón de la vida monástica. Actualmente, dicha práctica está siendo redescubierta con gran entusiasmo para fomentar la vida espiritual de las comunidades religiosas y como alimento espiritual de cada bautizado en las diferentes comunidades eclesiales (DV, 25).</p><p>En la Sagrada Escritura “Dios nos sale al encuentro para conversar con nosotros” (DV, 21) y, por lo tanto, la mejor manera de hacer una lectura productiva de la Biblia es la lectura orante. De ahí que sea importante una actitud de fe sincera y un deseo de entrar en conversación con Dios, de acuerdo con lo que leemos y con lo que su gracia nos valla poniendo en el corazón y en cada momento.</p>