Los efectos del trauma cerrado sobre el abdomen son frecuentemente enmascarados por otras lesiones traumáticas más obvias, clínicamente carentes de importancia y además la sintomatología referente al trauma cerrado de abdomen pue de ser tan inespecífica y trivial que puede ser ignorada y pasar desapercibida durante los primeros minutos y horas posteriores al evento traumático. En nuestro país existe la necesidad de establecer un plan de tratamiento enérgico, rápido y efectivo en los pacientes politraumatizados, y especialmente en los que presentan trauma cerrado, con el mínimo empico de medios, garantizando la efectividad del procedimiento. En pacientes con trauma cerrado de abdomen e inestabilidad hemodinárnica es común realizar laparotomía exploradora y en algunos casos el lavado peritoneal diagnóstico juega un papel importante para valorar la lesión intraabdominal. Sin embargo, dicho procedimiento no detecta lesiones retroperitoneales, es invasivo y modifica los hallazgos por Tomografía Computada (TC) o de Ultrasonografía (USG). La TC permite demostrar las lesiones retroperitoneales con precisión, dadas las características de dicho método de imagen así como estadificar dichas lesiones.