La migraña es una enfermedad de alta prevalencia, incapacitante y en algunas ocasiones de difícil manejo. Desde hace décadas se han planteado múltiples teorías para explicar su curso, su componente genético y la asociación a distintos factores de riesgo. Actualmente se desconoce una fisiopatología única y exacta que implique los eventos, y se ha encontrado fuerte evidencia que muestra que la teoría más antigua y con mayor sustento, a saber la teoría vascular, es en realidad incorrecta, pues no explica la totalidad de los eventos. Sin embargo, se han probado distintos mecanismos que, en conjunto, permiten comprender las alteraciones presentes. Entre estas se cuentan cambios estructurales, implicación de neuropéptidos, sensibilización, e inflamación neurogénica.