Se pretende reconstruir los argumentos de la exposición metafísica de la Crítica de la razón pura, según los cuales nuestras representaciones de espacio y tiempo deben ser consideradas como intuiciones y no como conceptos. Para cumplir con este objetivo, en primer lugar, se determina un criterio de la intuición (singularidad e inmediatez) y, en segundo lugar, se demuestra que las representaciones de espacio y de tiempo cumplen con ese criterio.