Con la promulgacion de la Ley 30 de 1992, la educacion superior en Colombia parecio encaminarse hacia un rumbo que la colocaba a tono con los escenarios de la educacion en el mundo. La vision del legislador, al menos daba a entender en la teoria que la naturaleza de la norma entranaba tal proposito. Con algunas desigualdades en la aplicacion de la norma y con inconsistencia metodologicas en la puesta en operatividad de los Decretos Reglamentarios, el pais y las instituciones de educacion superior IES, estan en mora de hacer de este componente el puntal de apoyo del desarrollo en todos los sectores. Casi dos decadas despues de su puesta en vigencia y precedida por varios intentos de garantizar su funcionamiento y eficacia, la Ley 30 afronta una serie de movilizaciones y criticas a lo que se plantea como reforma que pretende canalizar la oportunidad de insertar definitivamente y en igualdad de condiciones, a la sociedad en el desarrollo que requiere la internacionalizacion.