El articulo aborda “la guerra como practica de adecuacion de los lugares” (Cuartas, 2014), una vision del Uraba que atraviesa el limite impuesto hacia la dimension que recorre el Pacifico y el Atlantico, desde Apartado, un lugar especifico del eje bananero en el Uraba antiqueno. Desde ese sitio, la importancia “global de los lugares”, como indica Massey en el ensayo critico que sobre su obra publicaron Albet y Benach (2012). Pero no es el relato hegemonico impuesto el que me llevo a cerrar el discurso y ver la zona como algo lejano, abandonada del Estado, violenta, marginal, sometida a mafias particulares, al enfrentamiento bilateral de fuerzas en contienda, por el contrario, es el resultado del trabajo de una geografia que va al encuentro y la resignificacion del espacio, de los espacios construidos desde el poder hegemonico y la exigencia de reconocer la otra geografia: la de la resistencia. El encuentro de los ordenamientos territoriales que la imaginacion del poder politico y economico desarrollo tomandose el tiempo necesario para producir el desarrollo que hoy caracteriza a la region. En ese contexto, se identificaron los imaginarios, los intereses del capital en los lugares, las tensiones y las practicas institucionales de seguridad implementadas para garantizar la transformacion del espacio.