El simbolismo indígena de la cultura prehispánica de los Andes Colombianos –ahora convencionalmente llamada San Agustín– permanece aún con nosotros, que hablamos español como lengua materna y vivimos en un mundo interpretativo tan distinto. Es suficiente considerar que mientras ellos tenían aire y ríos puros, montañas y árboles como contexto, nosotros tenemos ciudades de pavimento, grandes edificios, autos veloces y humo. Nosotros, que fuimos conquistados somos los mismos: siendo también conquistadores estamos en la conquista de nuestro propio ser. Perdimos por un tiempo la huella de un antiguo conocimiento pero nunca perdimos la facultad del lenguaje. Hemos tenido la posibilidad de aprender, reflexionar y enseñar sobre esta comunidad ancestral para así rescatar sus códigos y su sabiduría.