La industria cinematográfica en México fue, durante la presidencia de Miguel Alemán (1946-1952), uno de los campos más fértiles para la intervención estatal en la vida económica y social. Esta se desarrolló en base a tres parámetros: rentabilidad, baja calidad y predominio de discursos conservadores. Se entiende que estos aspectos son indisolubles, y para estudiar el peso del cine comercial como creador de modelos, imaginarios, etc. sociales, atenderemos tres realidades: los mecanismos de relación entre poder público e iniciativa privada en este ámbito, los rasgos del espectador mexicano tipo y, finalmente, cómo los principales géneros y temáticas difundían mensajes de aceptación hacia las políticas oficiales.