Sin duda, estamos ante una realidad social, politica, economica, cultural y virtual bastante compleja que, para el comun de la gente, es dificil descifrar y comprender, pues la misma esta atravesada por una ilegitimidad institucional socavada por los nexos de un sector representativo, que la clase dirigente colombiana ha entablado con el narcotrafico y con el paramilitarismo bajo el ropaje de grandes macroproyectos que benefician a las transnacionales, heredados de unos vinculos establecidos el siglo pasado. Esta disputa va acompanada de la promulgacion de una serie de reformas economicas, sociales, labores y politicas de corte neoliberal, montadas bajo la logica del mercantilismo, que azotan a los trabajadores y a los sectores populares, en general.