La modernidad no es algo distinto a la conquista del hecho social por la racionalidad. (Weber, M.: 1967, 1977). Esta se instala, de manera envolvente y desprovista de sentimientos, en el eterno camino que va del hombre alas cosas y de estas a aquel. Tambien se introduce, claro, en el vinculo permanente que une a los hombres entre si, cuando usan las cosas o cuando las transforman: las materiales y las inmateriales, se entiende.