El sistema educativo no es ajeno a los actuales momentos de crisis y de cambios en la sociedad, quiza por ser uno de los pilares fundamentales para la transformacion individual, social, y cultural de sus miembros. Desde sus origenes la Universidad ha desempenado un papel transformador, preparando a los individuos que una comunidad en particular requiere; es por lo tanto un espacio privilegiado para la transformacion y el cambio social y cultural y en consecuencia debe ser de naturaleza dinamica, cambiante, autoreflexiva, transformadora e integradora, para estar a la altura de las necesidades de su tiempo.