La vigencia de la aneja nocion de comunidad halla sus recientes lineas de construccion a partir de dos fuerzas. De un lado, una ancestral tradicion que la convierte en valor cultural de los sectores populares: entre estos opera como representacion de un yo colectivo que moviliza energias de los mas diversos cunos. De otro lado, una presencia tanto en el pensamiento social moderno como en los discursos estatales encaminados a enfrentar las demandas populares: en el primero hace de operador de las utopias sociales y politicas y en el segundo funciona como referente de gobernabilidad. En el cruce de estas dos fuerzas, ?puede la comunidad desempenar un papel en la resistencia popular urbana?