La violencia y la guerra hoy, a escala internacional como fenómeno de Estado, y entre Estados, son síntomas que ponen en entredicho no sólo la eficacia, sino la razón de ser de las democracias contemporáneas de Occidente y con ello, de toda su estructura institucional, jurídica y discursiva. Aquí se problematiza frente a la violencia legal, el papel fundamental de "política" como oficio y como pensamiento, como técnica y como estrategia que ha olvidado al humanismo.