En medio de una sociedad que nos invita constantemente a la extroversión cabe preguntarnos si el encuentro con nosotros mismos a través de una actitud “interior” y reflexiva no puede representar un factor clave para detener, en alguna medida, el proceso de deshumanización que descompone a Occidente. DOI: http://dx.doi.org/10.22518/16578953.716