Entre las décadas de 1920 y 1940 la prensa bogotana tuvo avances muy importantes, pues al tiempo que maduró su proceso de modernización, iniciado desde finales del siglo XIX, también se industrializó, al calor del crecimiento de la ciudad, que en aquellos años hizo su transición hacia la gran urbe. Asociado a esos cambios en la prensa estuvo un tipo de reportero que aquí se denomina neofolletinista, el cual contribuyó no solo con el desarrollo de los géneros periodísticos narrativos, sino que también cumplió una función importante en el proceso de conquista de un nuevo mercado por parte de las revistas y los periódicos, que encontraron en él una herramienta clave para el acercamiento a un nuevo público masivo. Dos de esos neofolletinistas fueron Osorio Lizarazo y Ximénez, quienes se inspiraron en obras literarias extranjeras para escribir sus relatos sobre la ciudad.