Alrededor del año 1972 fue dado a conocer uno de los más interesantes aparatos que revolucionaria los estudios paraclínicos a nivel mundial: la tomografía computarizada. Utilizando equipos secuenciales de Rayos X y de procesamiento automático de información, en un fenomenal acopio de ingenio. Esto le reportó a su inventor, G. Housfield, el primer Premio Nobel de medicina otorgado a un profano de la medicina. El equipo básico, integrado por un equipo de Rayos X cuyo tubo emisor puede girar 180º a lado y lado del paciente y un computador que integra la información obtenida por el rastreo de los Rayos X, que atraviesan al paciente y su funcionamiento será analizado en este artículo.