El presente artículo es un estudio de caso acerca de la historia de un barrio popular que se gesta en función de un basurero de la Cartagena periférica informal. Sus habitantes; confundidos con buitres, necesariamente tuvieron que recurrir a trabajar en la basura y a partir de ello construir el barrio que denominaron Henequén, donde gestaron unos lazos de unión y vecindad, formando una identidad. La historia de los hijos del basural, se convierte en un medio para estipular varias conclusiones; primero: la generación de la informalidad urbana y económica, producto de la falta de políticas públicas y planeamiento urbano, segundo: la exclusión a la que se vieron sometidos, por la labor que realizaban y por sus desacostumbrados aspectos físicos y tercero: el tratamiento que el Estado le ha dado a la pobreza, siendo solucionada con meros asistencialismos materiales, ocasionando la formación de mendigos, en detrimento de la generación de verdaderos “actores sociales”.