Los espacios públicos que frecuentamos para el ocio, los deportes, la recreación y el desplazamiento cotidiano plantean importantes aspectos en la relación espacio físico - espacio social, en la que median razones y lógicas tanto de tipo intrapersonal y socio-cultural como físico-ambiental. El derecho a la ciudad y a su calidad ambiental son aspectos necesarios a considerar cuando se trata de promover la inclusión social y la promoción de los estilos de vida activos, en tanto que el deterioro, la invasión o la escasez de los espacios de ciudad, principalmente de los espacios públicos, interfieren en su apropiación, uso y disfrute. Lo anterior plantea importantes retos tanto para la planeación de la ciudad, como para las políticas de salud, deporte y recreación. Se trata por tanto de valorar el espacio urbano, más que con el criterio de funcionalidad arquitectónica, con el de la vivencialidad y apropiación que éste pueda propiciar a su potencial para ser incorporados de manera sensible por el sujeto, es decir, como espacios articulados al grupo social en que se inscriben.