Al hablar de apuntes academicos recuerdo un hecho que sucedio en la epoca del colegio. Un vecino de pupitre, victima de los sarcasmos de la profesora, lloro de principio a fin de la clase porque, segun ella, sus apuntes estaban mal llevados por exceso de colorinches y dibujitos . Se parecian entonces mas a la seccion de comics de las Lecturas Dominicales que a un cuaderno, mientras los exigidos eran en exceso cuadriculados, margenes en color rojo, fechas en numeros romanos, titulo de la clase, etc. Luego, en la hora de recreo, comentabamos acerca de lo sucedido y el afectado, despues de las burlas de protocolo, dijo palabras mas, palabras menos: que asi es mas chevere estudiar; asi no me da mamera. Esta frase, aunque poco poetica, con el tiempo me ha hecho pensar. Y es de este tema, del arte de tomar apuntes academicos, al que hace referencia este articulo. Estudiar de los apuntes convencionales, en forma de texto, a veces resulta engorroso; volver a leer lo visto en clase requiere de un doble trabajo; de una parte la lectura en si, y de otra volver a procesar la informacion, ademas de las implicaciones que puede traer la deficiente presentacion, sumada a una mala letra y ortografia.