La escritura alfabetica de origen judeocristiano, como cualquier otra herramienta de construccion y transmision de conocimiento, forma parte de marcos socio-culturales y espaciotemporales especificos. En el caso de Occidente, por siglos, ha sido mas utilizada en ambitos masculinos hegemonicos. El articulo plantea que si bien los estudios feministas letrados, en disciplinas como la historia, han realizado invaluables aportes en la recuperacion del ayer de las mujeres, es pertinente revisar las tecnologias a partir de las cuales se apoya su labor. Lo anterior, por cuanto tales tecnologias parecen estar tanidas por perspectivas androcentricasy antropocentricas. Argumenta igualmente que las fuentes no escritas no solo son de importancia para las/os no letradas/os, sino para visibilizar, desde opticas mas femeninas y menos eurocentricas, el cotidiano iletrado de los sectores hegemonicos.