Llama la atención el inusitado interés que en los últimos tiempos ha despertado el aspecto ético del ejercicio de la medicina. Este interés, no obstante, parece más centrado en los aspectos legales y sólo tangencialmente en el dilema moral que se origina en muchas de las actuaciones de los médicos. La relación médico-paciente se puede entender como de tipo contractual, fundamentada en la confianzay el respeto mutuos, condicionada por la necesidad de ayuda por parte del enfermo y suministrada ésta por un profesional competente.