El impacto sobre los costes de la energía eléctrica así como los efectos negativos que produce sobre entornos como la astronomía, la salud y el medio ambiente, han provocado que las administraciones públicas estén regulando las instalaciones de alumbrado considerando la contaminación lumínica como un objetivo relevante a contrarrestar. La actual normativa que regula los aspectos relativos a la contaminación lumínica establece unos valores máximos de luminancia, en particular en lo referente a las señales y anuncios luminosos. La determinación de los puntos de la escena donde se producen estos valores máximos queda sujeta a la observación subjetiva del técnico que realiza la medida. La sensibilidad del ojo humano al brillo no es lineal y resulta engañosa en tanto que su objeto es la identificación de la escena y no la medida de valores e intensidades. Por otra parte, la utilización del luminancímetro convencional implica la medición punto a punto sobre la escena. Ello obliga a la toma de numerosas mediciones con objeto de barrer la totalidad de la escena y determinar los puntos donde se alcanzan los máximos. Esta acción no sólo resulta tediosa y sujeta a errores, sino que implica la toma de medidas en distintos instantes sucesivos lo que afecta a errores de repetitividad y de variación en el tiempo en escenarios no estables. En este trabajo se propone la utilización de cámaras fotográficas digitales para la evaluación de la luminosidad, en particular para señales y anuncios luminosos. En este sentido, una fotografía digital dispone de información de color y brillo de todos los puntos que la componen. Originariamente la información suministrada por la fotografía está orientada a la reproducción de la imagen por lo que contemplan algunas correcciones y compensaciones para adaptarla a la visión humana.