El Caquetá ha sido uno de los departamentos más golpeados por el conflicto armado colombiano, principalmente por ser retaguardia histórica de las FARC. Esta situación ha condicionado el ejercicio de la actividad política haciendo que los actores políticos tengan que adaptarse a la presencia de poderes armados como el insurgente, los paramilitares y el mismo estado. En este proceso violento se ha configurado el Estado regional.