recientemente que un cierto afán de autonegación ha caracterizado a la literatura venezolana a lo largo de su historia.Aunque resulte paradójico, dice este autor, la necesidad de construir "una imagen que nos permita reconocernos como espacio literario en el conjunto de países latinoamericanos" (53) ha corrido pareja con la necesidad de cuestionar y poner en duda el valor de la propia producción intelectual nacional.Así, para este crítico, la dicotomía regionalismo/universalismo, el apego al realismo, y la desatención de lo fantástico, la negación recurrente del peso específico de la obras, el aislamiento nacional y la escasa necesidad de trascender las fronteras