Con la fragmentación y crisis de las representaciones tradicionales durante casi todo el siglo XX, se inicia la irrupción de nuevas formas de hacer y de decepcionar el arte.Si las artes visuales tradicionales nos llevaron a practicar una receptividad apropiada para dichas representaciones, las transformaciones en las prácticas artísticas desde mediados del XX imponen otro tipo de receptividad.Bajo ésta, denominada por Marchán Fiz, "extensión del arte", o "aparición de nuevos comportamientos artísticos" (Marchán, 1997: 153), se transforman gran parte de las categorías centrales de las estéticas modernas.Así, una de las mutaciones más relevantes se llevó a cabo a fi nales de los años sesenta con el arte de la instalación, con lo cual entró en decadencia el concepto bidimensional de la superfi cie del cuadro, la condición plana de la pintura.Desde los primeros collage de Pablo Picasso y Georges Braque, de los futuristas italianos, de la Nueva Vanguardia rusa y los Ready Mades de Duchamp, se promovieron obras tridimencionales cuya infl uencia generó una nueva noción espacial en las artes plásticas.La instalación proviene de aquellos intentos por romper con los límites laterales del marco para apropiarse de materiales y objetos con una lógica diferente, lo que exige otro espectador y otro tipo de artista.El "principio collage" propuesto desde los experimentos cubistas y vanguardistas, se ha reivindicado en las instalaciones.Recordemos que el collage fue una consecuencia de la concepción cubista, el cual será acogido por los dadaístas (Duchamp y los ready-made), los surrealistas, los constructivistas, hasta recorrer casi todo el siglo XX, llegando a las instalaciones y las artes de la acción.Estas artes que exaltan al objeto, se manifi estan claramente en Marcel Duchamp desde que en 1913 expone la Rueda de una bicicleta, y en 1917 su muy conocida Fuente, fi rmada por R. Mutt.Con estas acciones, Duchamp profundizaba en las propuestas cubistas de ruptura con las técnicas tradicionales y, según Marchán Fiz:En la aproximación del arte a la realidad, ya que en estos objetos ésta es representada sin residuos imitativos.De este modo se inaugura la práctica tan habitual hoy día de las declaraciones artísticas de realidades extraartísticas, así como la problemática epistemológica básica de la apropiación crítica y consciente de la realidad, alterando esquemas de comportamiento y formulando la integración y fusión arte-vida.En segundo lugar, Duchamp libera a los objetos de sus determinaciones de utilidad y consumo (Marchán, 1997: 161).Así, este arte objetual intenta superar la distancia entre ilusión y realidad, arte-vida, conceptos tan caros para los artistas neodadaístas de la instalación, que ponen en escena de nuevo el "principio collage" vanguardista.Al romperse el plano del cuadro hacia delante y hacia los lados, la obra invade el espacio del espectador y las fronteras convencionales entre el artefacto artístico y el sujeto receptor.Éste queda convertido en receptor-usuario, integrado casi a la obra propuesta.Por lo tanto, el arte comienza a coincidir con la vida.Los espacios de la representación son lugares asequibles al público; se puede experimentar proximidad, hacerse partícipe de su presencia, interactuar con su universo.De manera que, cuando el arte pretende coincidir con la vida, los espacios de la representación comienzan a ser lugares que se recorren, formas que pueden tocarse, objetos con los que nos podemos relacionar o usar de diferentes maneras (Larrañaga, 2001: 17).Diálogo corpóreo; integración sensible en la inmediatez de la experiencia estética.El contemplador-usuario queda implicado en la obra, a la vez que ésta se identifi ca con las acciones de lo cotidiano.Unión entre arte y vida, entre representación y presentación.
Tópico:
Photographic and Visual Arts
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FuenteAisthesis Revista Chilena de Investigaciones Estéticas